El castillo Soshuro (dia 19, Mes del Dragon, Decimo Octavo año de Hantei XXXVIII)

-Por supuesto.

Me levanto y me inclino un poco hacia las sirvientas.

-Gracias por vuestras atenciones.

Vuelvo a fijarme en el samurai recién llegado.

-Guíeme, por favor.

La habitacion se llena de una marea de reverencias y os marchais mas al interior de la vivienda. Bajais una inclinada rampa de madera y un pasillo. Tras unos segundos te das cuenta de que la logitud del pasillo es mayor que la superficie de la vivienda en la que estas.

*Vaya, ¿quien lo iba a imaginar? Una ruta bajo tierra hasta la audiencia del señor del castillo...*

No sé si esto me tiene que gustar. ¿Me están ocultando a la vista de alguien?

Continuo guiado por el samurai.

El pasillo en ningun momento cambia de materiales de construccion. Piedra, madera y papel te acompañan durante un par de minutos mas hasta que llegais a una sala pequeña y acojedora con un estrado en el cual se encuentra sentado el maestro de ceremonias y delante de el, tambien sentado, un joven con el pelo negro como el ebano, la boca y la barbilla cubiertas por una mascara y con un elegante quimono que tiene un ligero aire a los delantales que utilizan los jardineros.



El joven te hace un gesto para que te sientes en la parte baja de la habitacion mientras el maestro de ceremonias, comienza ha hablar.

-Mi señor Shosuro Hametsu-donno, este es el samurai Hida Takeda-san, enviado por el señor Yasuki-donno. Este nos ha traido unos presentes de sus tierras a su paso hacia Rioko Owary y quiere pediros permiso para pasar y entregar su carga en dicha ciudad.-

Tras estas palabras te hace un gesto como diciendo, puedes hablar pero no la cages.

No sólo me siento, me postro ante él con sumo respeto, prácticamente apoyando la frente en el suelo, antes de quedar sentado y hablar.

-Me siento muy honrado de estar ante vuestra presencia, Shosuro Hametsu-donno...

*Se honesto*

-En nombre de Yasuki Taka-donno y Yasuki Hondo-sama, traigo unos presentes para vos y vuestra familia con sus mejores deseos.

Ves a Ennosuke mas aliviado u en los ojos de Hametsu ves un ligero brillo de satisfaccion.

Carraspeo. Espero que esto no se considere una falta de etiqueta.

-Con vuestro permiso, Shosuro Hametsu-donno... -digo, sacando el pergamino donde están apuntados los presentes, tanto para la ciudad como para la familia-... Como Bushi Hida del Clan Cangrejo, mi deber es la protección y la entrega de los presentes al Daymio Soshuro y a la ciudad de Ryoko Owari en perfecto estado... Siendo estos...

Desenvuelvo el pergamino y empiezo a leer, con tranquilidad y sin atropellos.

"Presente para el Daymio Shosuro
50 barras de oro
150 barras de acero de las minas Cangrejo
10 barras de jade
Sedas y artesanía Cangrejo"

Luego miro al Daymio.

-La mercancía se estaba descargando del navío nada más llegar, mi señor. Mercancía en perfecto estado y puntual.

El señor Hametsu se gira al maestro de ceremonias y este dice. -Si, mi señor, el presente se ha descargado de la galera y coincide hasta la ultima barra de oro.-



-Hida-san, sois digno mensajero de vuestro señor Yasuki Taka-Sama. Permitidme ahora corresponder a vuestro señor.- Te entrega un pliego sellado -Con esta orden se os entregara un cargamento de treinta kokus de flores de adormidera en Ryoko Owari para que el ejercito del Cangrejo pueda curar a los combatientes que salen a las tierras valdias. Enviadselas de vuelta con el barco. Y para vos tengo un presente.- Le hace un gesto a Ennosuke y este te hace entrega de una bandejita en la que hay un frasquito de cristal con un liquido verde nacarado.

Parpadeo.

-... Lo agradezco, Shosuro Hametsu-donno, pero no creo que sea digno de un regalo de un Daymio... -digo, recordando las costumbres. En el muro no solemos ser tan educados... pero al menos lo recuerdo.

Ves que el joven esta divertido y a Ennosuke lo notas hasta sorpendido.
-No es mas que una medicina reconstituyente que te mantiene alerta. Perfecta para las guardias en Kaiu Kabe. Poca cosa lo se, pero queria ser agradecido con vos y seria un honor que la aceptarais.-

...

Acabo asintiendo, sonrío agradecido.

-Soy yo el que se siente honrado, mi señor... Gracias por el regalo -me inclino lo que puedo.

Recojo la medicina y la guardo en una bolsa de mi obi. También recojo el pergamino con la orden de envío de las flores.

-Agradeced a vuestro señor sus atenciones al termino de vuestro viaje, que espero sea guiado por la mano de la madre Amateratsu.- te dice haciendo una minima reverencia, dandote a entender que la recepcion ha finalizado. De hecho, el samurai que te acompaño, ya se encuentra otra vez en la puerta por la que llegasteis.

Asiento.

-También agradezco profundamente vuestra hospitalidad y gratitud, Shosuro Hametsu-donno.

Hago una profunda reverencia, y ante Shosi Ennosuke también.

Me levanto si me lo permiten, y voy con el samurai que me espera.

Una vez que te has levantado y acompañas al samurai, no tardas mucho en volver a la galera. De hecho, jurarias que has gastado mas tiempo, pero el recorrido ha sido el mismo.

//Te encuentras delante del muelle donde esta amarrada la galera si no quieres hacer nada.

no se le ocurre nada más que hacer allí//

Doy las gracias al samurai por ayudarme, inclinándome, y me despido. Subo a la galera si no tiene nada más que decirme.

El exterior no me inspira ninguna confianza.

-Ya?, Takeda-san.- te dicen a la vez el capitan y tu compañero Hida. Salta a la vista que les ha estado dando repeluco el tener Escorpiones por los alrededores hasta que has vuelto. Incluso has suspirado de alivio.

Saludo de igual forma.

-Todo solucionado. Tenemos vía libre hasta Ryoko Owari. Allí cargarán el barco con flores medicinales para el viaje de vuelta.

Miro al capitán.

-Estamos haciendo una excelente media pese a los contratiempos. Veamos si podemos superarnos cuando lleguemos.

-Hai, Takeda-san.- se da la vuelta y comienza con lo que, te has dado cuenta que es un ritual para este hombre. Un profesional elevando la moral de los que estan a su cargo.

El viaje os mece suavemente durante el resto del trayecto. Te dedicas a cubrir tus guardias, a la escritura de tu diario, a meditar y a entrenar.

Cuando os queda poco para llegar, el capitan les aprieta. Segun parece si no llegais a tiempo, el porton que controla la corriente y el paso del rio por la ciudad se cortan y los barcos que no llegan se quedan barados hasta la mañana siguiente, estando expuestos a los bandidos. LLegais una hora antes del cierre de las compuertas.

Comienza un nuevo hilo en los muelles del distrito mercader de Ryoko Owari con fecha dia 21, Mes del Dragon, Decimo Octavo año de Hantei XXXVIII.

Tsugi no shō: El puerto de la ciudad de las mentiras, día 21 Mes del Dragon, Decimo Octavo año de Hantei XXXVIII