¿Togashi o Mirumoto? (dia 28, Mes de la Comadreja, Decimo Octavo año de Hantei XXXVIII)

-Es una mujer de una generosidad y de una seriedad grandes, pero su celo resulta exacervado. Mi preocupacion es mas que nada porque lo mide todo con el bushido y ahi que ser flexible en todo empeño. En cuanto a estar cerca de ella, le he pedido tu presencia en su dojo como un favor personal asi que no te preocupes por eso.- Tras estas palabras, Hiko-sensei te cuenta lo que recuerda de visitas de ella cuando tu estudiabas con tu maestro. La recuerdas vagamente, pero ya si te situas, si te encontraras con ella, la reconocerias.

Yue escucha atentamente el relato de su Sensei, tratando de memorizarlo todo con detalle. Pese a todo llega a la conclusión de que tendrá que conocerla él mismo para determinar la magnitud del problema.

- Me esforzaré entonces para ofrecer humildemente a Kitsune Jotomon Sama otro punto de vista en circunstancias delicadas. Así como otra tarea que desee encomendarme.

Casi acabada ya su comida vuelve a hablar.

- Mi intención es partir lo antes posible a la Ciudad de las Mentiras para cumplir con la tarea que me confiais, Sensei. Pero antes de ello, ¿puedo serviros en algo más?

Quizá no sea protocolario pero Yue alza la vista para encontrar la de su Sensei conforme realiza esta pregunta. Este hombre, ahora retirado a su pesar, le ha dado tanto a lo largo de su vida y sin embargo él apenas ha podido corresponderle con acciones que lo enorgullezcan.

-No deves de partir todavia, has viajado mucho y te espera una dura caminata hasta la provincia del Escorpion.- Lo dice como dandote a entender que no sabias que la ciudad estaba alli. -Considero que deberias quedarte al menos una semana, ademas, cuando volvia de Togashi-shiro (el castillo del melocoton) conoci a un "amigo" tuyo.- le pone la taza a la sirvienta para que se la llene de te y le hace un gesto para que se vaya. -Ya me servira Yue y si te necesitaramos para algo mas, Yue te avisara.- le dice sonriendo y asintiendo con la cabeza.

Yue espera a que la muchacha se marche para ocupar su lugar cerca de su Sensei, de forma que pueda servirle como le corresponde.

No ha tenido mucha ocasión de realizar estos actos y mucho menos ante álguien del calibre de su Sensei. Por un momento se arrepiente de que la sirvienta se haya marchado.

Finalmente intenta recordar lo que ha visto hacer a otros en situaciones similares.

- Puedo preguntaros quién era esa persona, Sensei?

-Cuando bajaba las laderas de "La Gran Escalada", descanse en un templo de un bosquecillo que hay antes de llegar a la "Ciudad del Martillo del Agua". Estaba lloviendo a mares y lo utilice para resguardarme. Cuando entre, habia un kenku meditando y sin abrir los ojos me dijo que me sentara a su lado. Estubimos meditando hasta que dejo de llover y cuando cayo la ultima gota de lluvia del techo del templo, desenfundo su acero, desenfunde mi acero y los cruzamos. Cuando habiamos dado tres estocadas, enfundo y me hizo una reverencia.-

Se rasco la cabeza un segundo, mostro su vaso para que lo llenaras de sake. Sosegadamente lo bebio hasta el fondo y continuo con su narracion.

-Mi posicion no cambio en ningun momento, creia que me enfrentaba a algun demonio que se disponia a devorarme, porque siempre he escuchado que los pocos kenkus que hay son pacificos y transmisores de sabiduria. "Ha sido un honor cruzar acero con un humano tan diestro" me dijo volviendo a inclinarse y por un segundo me parecio ver que esbozaba una sonrisa.-


Volvio a beber sake y se quedo meditabundo con la taza en los labios.

Yue nunca podría haber imaginado el relato de su maestro. Es cierto que en un antiguo viaje que hizo junto a dos samurai-ko del clan del Unicornio y del Fénix había conocido a un Kenku, quien no solo les había proporcionado cobijo, sino compartido algo de su sabiduría con ellos.

Que ese Kenku atacase a su maestro estaba fuera de lugar, pero tal y como lo cuenta le da la impresión de que por alguna razón el Kenku quería medir la fuerza de su Sensei. De todas formas aún no ha quedado claro el por qué su maestro le relaciona con ese Kenku, que podría ser el mismo.

- ¿Qué aconteció después, Sensei?

Tu pregunta lo saca de su ligero ensimismamiento y continua con su relato.
-Se volvio a sentar a meditar, pero ya no me fie de adoptar esa misma posicion. "Sois un hombre diestro y en vuestro corazon leo que soy bueno. Yo por demas no soy mas que un viejo cuervo que ha vivido toda su vida por y para el acero, y dejandome llevar por emociones que no son dignas de mi raza, me toca irme sin haber dejado un legado, dejando volar todo lo que aprendi. Creo que las Fortunas han intercedido para que acabarais aqui.". Y por un momento segui desconfiando cuando abrio los ojos, pero acerco su acero acia mi con una pata y finalizo: "¿Honraras mi sabiduria?"-

Le vuelves a servir una taza de te.

Mientras Yue sirve el té queda intrigado por las palabras del Kenku. Preguntándose qué pueden significar.

Cuando termina de beber un largo trago de te, sonrie con agrado ante la bebida.
-"Si maestro", le conteste. asi que permaneci con el mas de un año e interiorice su sabiduria. Desgraciadamente no lo he vuelto a encontrar mas desde que lo deje.- se pasa un dedo por una ceja y finalmente dice apollando sus nudillos en sus rodillas.

-Pero lo que mas me llamo la atencion fue cuando me entere de que te conocia.-

Yue asiente con la cabeza.

- Cierto es que hace tiempo tuve el honor de encontrarme con aquel a quien describís en vuestro relato. En aquella ocasión nos ofreció cobijo durante un tiempo a dos Samurai-ko y a mí mismo, tiempo en el que además nos obsequió con su saber.

- No he vuelto a verlo desde entonces. Vuestro encuentro con él me sorprende gratamente en esta tierra de Rokugan, que puede ser grande o muy pequeña según las circunstancias.

- De nuestro encuentro solo puedo remarcar su generosidad y su destreza. Que me tenga en su recuerdo es un honor que no merezco si me comparo con ambos maestros que se procesan gran respeto.

Finalmente la curiosidad puede con él y pregunta a su maestro.

- Mas cómo es posible que dos maestros de tal habilidad compartiendo su sabiduría acabasen hablando de un ronin.

-Pase algun tiempo con el y un dia mientras descansabamos con una taza de te, comento que habia conocido a alguien que utilizaba el mismo estilo que tu. No se si lo sabes, pero los kenku son criaturas con una memoria prodigiosa y como tenia curiosidad de si era un alumno mio, le pedi una descripcion. Tras un rato de charla, pense que podrias ser tu. Cuando le sugeri que podias ser uno de mis alumnos, me dijo que tu aprendizaje estaba incompleto pero que no volviste a continuarlo. Me enconmendo continuarlo si te veia y ese era tu deseo.-

//Que mala leche tengo.

- He estado perdido durante mucho tiempo, Sensei. Si las Fortunas me ofrecen la oportunidad de volver a encontrarme con el sabio Kenku me esforzaré en solicitar su perdón.

Yue procura que a su Sensei no le falte sake o té al tiempo que él también bebe a razón de un servicio por detrás del mismo.

Yue asiente con una inclinación.

- Sí, Sensei.

Cualquier otra respuesta sería inútil. La situación ha sido expuesta y decidida sin contar con él. Sabe que sufrirá a lo largo de la semana ya que ha descuidado su entrenamiento personal en los últimos meses.

Pero posiblemente sea lo mejor, su cuerpo y alma necesita fortalecerse para conseguir el éxito en la tarea que le va a ser encomendada. Unos días bajo la estricta tutela de su Sensei le devolverán la destreza perdida.

Al mismo tiempo, además de un honor, será una forma de agradecer la generosidad de Sanso Kenku Sensei. El conocimiento de éste no debe perderse.

Pasais un poco mas de tiempo en la sala, bebiendo te y sake. Contais batallitas y cuando ha pasado un rato, Hiko-sensei se retira a meditar y rezar, que es lo que hacen los monjes. Como te ha dicho durante el almuerzo, a todos los esfectos, es un Ise-zumi, un monje del dragon bajo expresa peticion de vuestro señor Yokuni Togashi. Cuando abandonais la sala, te dice que aproveches la tarde como gustes y que lo ha pensado mejor y que estudiareis antes y despues del entrenamiento en el dojo todas las mañanas, tras lo cual se adentra en el corazon de la casa.

//Ea, ya te he sacado de la habitacion.

Yue ve partir a su maestro hacia sus deberes de meditación al tiempo que ofrece una reverencia. Una vez se ha marchado duda sobre lo que hará a lo largo de la tarde.

Durante unos días entrenará duramente con su Sensei, por lo que otra sesión de entrenamiento tan solo le proporcionaría más cansancio. Mientras permanezca en la casa de su maestro no se preocupa mucho de buscar un lugar donde comer y dormir, lo cual le libera de tales preocupaciones y cree disponer de tiempo de ocio.

Mas qué hacer con este tiempo. Esta pregunta le ronda por la cabeza al tiempo que camina por el pasillo. Se detiene un momento a observar una parte del jardín.

Tras barajar en su cabeza varias posibilidades decide continuar para encontrarse con algún sirviente de la casa de su Sensei y pedir ciertas indicaciones.

Los jardines son tipicamente Dragon, hermosos pero sencillos, pero son claras las influencias monacales que los salpican. Jardines zen de arena blanca o negra, arboles de pino, sandalo o sakura, con bebederos para los pajaros o con pequeños taburetes de piedra para disfrutar del recojimiento que produce contemplar los ardines.

Cuando giras una esquina, ven a un sirviente anciano que esta ingertando un arbol de sakura.

Decide acercarse a él caminando a ritmo normal, deleitándose con el trabajo que han realizado en el jardín. Una vez a su altura se detiene.

- Estos jardines son hermosos. En mi humilde opinión, Ebisu quedaría complacida.

El viejo se sacude las mano y se inclina. Su reverencia es bastante baja, pero le custa mucho, porque esta bastante encorbado por la edad y habla con una voz ronca y muy cascada.

-Domo arigato, Samurai-donno, mi señor se sentira horado por vuestra alabanza, el jardin es obra suya. Este pobre anciano se limita a mantenerlos.-

Deja las herramientas en el suelo, se separa un poco de ti y ves que coje una piedra del linde del jardin, se hacerca a ti ofreciendotela y te dice: -Por favor, Samurai-donno, ¿haceis el honor?.-

Yue se arrodilla delante del anciano, colocando sus manos sobre la piedra que le ofrece pero sin retirarla.

- Amable anciano, me confundís con un miembro de casta más noble, no soy mas que un errante que permanecerá aquí poco tiempo.

- Mas, si ello no supone un problema para vuestro señor o para vos mismo, sería para mí un honor contribuir con un pequeño gesto a la belleza de estos jardines.

Busca la mirada del anciano esperando ver su reacción.

-Mi señor, como cada noble gesto contribuye a la belleza del mundo, cada grano de arena forma una playa, porfavor.- te dice acercandote otra vez la piedra.

Toma con cuidado la piedra de las manos del anciano y dirige su mirada hacia el jardín.

Yue no es jardinero ni por su mente ha pasado nunca serlo, sin embargo conoce lo básico de este tipo de jardines en las casas del dragón. Representaciones de grandes paisajes en un lugar pequeño, cada piedra, leve vegetación, surco de arena o la simple nada tiene significado con ojos observadores.

Temeroso de romper la armonía decide colocar la piedra en un lugar poco comprometido. Se situa en uno de los bancos de piedra y observa el jardín desde ahí. Intenta comprender dentro de su cabeza lo que representa.

//Deseo realizar una tirada para dislumbrar la colocación de la piedra en un lugar apropiado.

//Consciencia sin dificultad.

// Consciencia 3.

El miembro 'Yue' ha efectuado la acción siguiente: Ofrenda a Omakasede No Kami

'Accion' :