Un almacén de peleas sucias (dia 23, Mes del Dragon, Decimo Octavo año de Hantei XXXVIII)

Un tiempo después del alba me levanto, etirando mi cuerpo desnudo, y acto seguido comienzo con mis estiramientos y mis prácticas, para después dedicarle un breve rato a la meditación. No puedo concentrarme debidamente con esa mujer que he disfrutado durante la noche aún en mi cama.

Después me visto y, mientras lo hago, miro a la prostituta meditabundo.

- ¿Qué voy a hacer contigo? ¿Mmm? - me pongo el calzado, torciendo el gesto pensativo - No quiero que vayas por ahí a alertar a los que has delatado para no ganarte un castigo que probablemente será en exceso contundente.

En el gesto de la mujer, no hay rastro de querer venganza, incluso parece aliviada de como han transcurrido las cosas. Se destapa, se pone de rodillas en el centro del futon y con una profunda y torpe reverencia contesta -Hai, Tachi-donno. Le juro por la madre Amateratsu, que no se arrepentira de haberme perdonado la vida.-

- Mmmm... - me incorporo y cojo mis armas, que cargo con comodidad - Dudo que no me arrepienta - la miro bien de nuevo -. ¿Vives sola? ¿Tienes familia? ¿Hijos?

-Mi padre, mi hermana y yo, vivimos en la aldea de Kojo (a 10 millas al oeste, en el interior de las tierras escorpion), pero las escasas aguas de este año me han obligado a venir a la ciudad para intentar sacar algo de dinero. Mi padre no fue capaz de vendernos ni a mi, ni a mi hermana, aunque le ofrecieron mucho dinero y yo he venido para ayudar en lo posible a mi padre.-

La muchacha ha sido capaz de dar gran validez a sus encantos y segun parece, ya sea por el dinero que consigue ganar cuando los matones no se lo quitan o a cambio de un sitio donde dormir, no le ha faltado ni un cuenco y un techo donde guarecerse.

- No me importaría... que te quedaras por aquí un tiempo... ¿Te gustaría hacerme compañía? - pregunto inseguro.

-He conseguido aguantar hasta ahora sin que me retuvieran hasta lo de anoche y seria muy tranquilizador tener un danna, pero sin querer ofenderos Tachi-donno, tengo que trabajar para alimentar a mi familia.- te dice con una reverencia tocando con la frente el futon y sin despegarla hasta que le vuelves a hablar.

Algo ofendido, me yergo.

- Puedes seguir consiguiendo dinero y tener aquí comida y techo sin tener que pagarlo, no veo cómo eso pueda perjudicar a tus benefecios, más bien al contrario - respondo airadamente -. Pero haz como gustes.

Acto seguido le doy cuatro monedas de cobre y salgo, preguntándome si estará cuando regrese.

La mujer se tira a tus pies intentando evitar que te vayas. -Esperad Tachi-donno. Pensaba que queriais tenerme en exclusiva como pago por haber perdonado mi miserable vida. He sido una puerca por malinterpretaros. Sera un honor endulzar vuestro sueños en la medida de mis posibilidades.-

Se levanta poco a poco agarrandote la pierna para que no te vayas y comienza a acariciar tu entrepierna y todo lo demas como apoyo a sus argumentos. Te sonrie lascivamente y comienza a levantar la pernera del quimono para tener un acceso mas comodo.

Las mujeres tienen una asombrosa facilidad para hacer desvanecerse mis enfados.

Respondo a su sonrisa con otra y la dedico media hora más de mi tiempo. Después de todo, no tengo prisa alguna. Luego me marcho, con una media sonrisa en la cara, satisfecho.

Me cuesta un poco recuperar la concentración, pero a medida que voy acercándome al almacén vuelvo a enfocarme en el truculento asunto en el que estoy envuelto.

Te dirijes hacia la señas que te ha dado la mujer. Mientras tratas de enfocar tus pensamientos, dos cosas te rondan la cabeza. A pesar de la intimidad vivida, no conoces su nombre y por otro lado, te resulta claramente ironico que te dispongas a presentarte ante tu destino en la hora del jabali, cuando echarte a uno era la intencion de los que te querian secuestrar.

Realmente, lo que tiene entre las piernas y sus conocimientos amatorios me interesan mucho más que su nombre. Pensando en ello me llego hasta la zona indicada, donde comienzo mi reconocimiento con total discreción.

Caminas por las calles que bordean el muro de la ciudad hacia el rio y los almacenes del sur de la curva. Tu hambre es ahora mismo un enemigo casi tan duro como al que presientes que te vas a enfrentar. Por el camino, escuchas rumores de que al parecer las tensiones entre los Tragafuegos y los kajinin del Filo del Momento ya que han aparecido dos hombres muertos en un callejon de la curva, uno de cada banda.

Los "penachos rojos" piensan que puede ser algo inconexo y que fuera algo personal entre ellos dos, lo que no quita que aumenten las suspicacias entre las dos bandas.

Sigo buscando el almacén en cuestion, aunque atiendo a los rumores.

Cuando vas llegando a los almacenes, escuchas un ruido de remos en el rio. Te asomas y ves que en una de las barcas que normalmente van a la Isla de la Lagrima (Lugar por el que decidiste venir a Ryoko Owari, pero que no te puedes permitir) con un barquero y dos hombres con ropa formal gris y sombrero de cesta. Llegan al embarcadero y utilizando una escala de cuerda, ponen pie en el distrito pescador. Su direccion y la tuya son la misma.

Decido seguirles con cautela, sin aproximarme ni arriesgar demasiado, prefiero perderles a ser descubierto, después de todo ya sé que el almacen está por aquí, pero si puedo comprobar donde entran mejor.

Los sigues en la distancia, no te cuesta mucho por que van directos a las señas a las que te dirigias.

Tras un par de minutos, llegan a uno de los edificios que quedan cerca del muelle de los pescadores, justo en la esquina entre la avenida de la bahia oeste y la calle del pintor. Un tio bastante grande esta en la puerta, y tras unos segundos de acercarse a el, los dos individuos entran dentro por la puerta.

*Tienen algún tipo de seña convenida*

De todas formas, yo no voy vestido como para hacerme pasar por alguien con dinero para entrar allí, así que decido dar un rodeo y mirar si veo alguna entrada alternativa al lugar.

// Tira ciega Percepcion + caza, pero no puedes cojer el dado mas alto.

//Percepción + caza

El miembro 'Yukitsune' ha efectuado la acción siguiente: Ofrenda a Omakasede No Kami

'Accion' :

Haces una pequeña batida, como si buscaras una pieza cazando en el monte. El resultado ha sido totalmente esteril, por lo que ahora te encuentras ante una ventana tapada con listones. Escuchas el viento silbar entre los tablones y un mudo clamor que parece venir de dentro, aunque no ves a nadie atraves de una rendija.

No me queda otra opción que intentar entrar.

Voy hasta quien guarda la puerta y le pregunto cuánto cuesta la entrada.

El hombre de la puerta te mira y por un segundo ves un cambio de gesto en su cara. -Un bu y puedes pasar.-

//Tira Consciencia