Un nuevo depertar, un nuevo problema (dia 21, Mes del Dragon, Decimo Octavo año de Hantei XXXVIII)

A la mañana siguiente no tardas mucho en despertar, de hecho cuando te despiertas, la mujer que estaba contigo, se ha ido. No tardas mucho en prepararte y en marcharte ya que te suenan las tripas y te palpita el estomago.

Vuelvo de nuevo a buscar al de los fideos, en busca de comida y sake.

Hoy has tardado mas en encontrarlo y no estaba en su ruta habitual, si no en una calle adyacente.

-Buenos dias muchacho, ¿arroz y judias?.- te dice mientras de una puerta del puestecillo saca una calabaza con el kaji del fuego dibujado y dos vasos. Despues saca dos taburetes como si despues de servirte fuera a sentarse contigo.

Asiento, aceptando lo que me ofrece.

Como y bebo un tanto pensativo, luego miro al comerciante. ¿Cuánto sacaría por expulsarle de la ciudad o algo más drástico si se lo ofreciera a quienes le buscan mal? No importa demasiado, no es mi estilo, pero no me gusta seguir así de una forma tan inestable. Cada día que pase hay más posibilidades de que me reconozcan.

- ¿Sabes dónde puedo encontrar trabajo?

-¿Trabajo?, por aqui lo tienes dificil a menos que entres en alguno de los grupos de kajinin o te vayas al distrito mercader y pruebes suerte. Tambien podrias quitarle el trabajo a los basureros.- cuando te dice esto ultimo se rie, pero ves que despues baja la cabeza, como si hubiera dicho algo que le pudiera costar la vida.

Levanto la ceja y miro para un lado cuando dice eso último, pero lo paso por alto, suponiendo que simplemente tiene la boca muy grande. Quizás precisamente por eso se mete en problemas.

- Hablo de un trabajo para alguien como yo, un trabajo de espada. - aclaro, no muy amablemente ya que me parece innecesaria la matización, pero el hombre parece un tanto idiota.

-Claro, claro, a eso me referia al principio, perdona si te he ofendido. No dudo en absoluto de tus capacidades.- Los ves azorado, puede que incluso temeroso por su ultimo comentario. -Queria decir que las bandas de Kajinin o algun mercader podria precisar de tus servicios, era solo eso.-

De momento, los mercaderes parecen algo más seguro, es menos probable que me reconozcan... aunque también viajan mucho.

- ¿Y a esas bandas donde las encuentro?

Termino de comer y bebo el sake de un trago. Asiento, agradeciendo la información, y me voy a buscar a eos apaga fuegos.

Aparentemente, el viejo se siente un poco mas aliviado cuando te vas.

Caminas un rato, preguntas aqui y alla, llegando a la conclusion que el cuartel general de los "TragaFuegos", que es como se hacen llamar los kajinin de este barrio, esta en una especie de casa grande de dos plantas que se encuentra en los alrededores de la puerta de los campesinos.

Cuando te diriges tranquilamente para intentar conseguir algo de trabajo con los "Tragafuegos", escuchas algo de alboroto y a una mujer gritando.

Por curiosidad, me asomo a ver.

Por el grito, apoyo directamente la mano en la empuñadura de mi katana.

-¡¡¡No me esta escuchando, le digo que estan desapareciendo. Alguien se los lleva y no vuelven!!!.-

Sigues el origen de los gritos y te encuentras con una mujer que esta arrodillada en el suelo dando gritos y a un guardia malhumorado desapareciendo por una esquina. Alguna gente va y viene, pero no mucha.

-¡¡¡Salta a la vista que os da igual lo que les pase!!!.-

¿Desapareciendo? ¿Qué desaparece? ¿O quienes?

Me acerco a ver si puedo averiguar algo más, ya sea porque s elo oigo comentar a la gente de alrededor, porque la mujer siga gritando o, si es necesario, la pregunto qué ocurre.

Cuando te acercas un poco a ella, sigue gritando las mismas cosas. Estas al lado suya y nisiquiera te mira.

-¡¡¡Os da igual por que no tienen dinero con el que pagar su seguridad, no son grandes personalidades, pero son seres humanos!!!.-

Entonces escuchas desde una de las casas que hay cerca. -Callate ya ciega chiflada y deja de importunar.-

Ohp, no tienen dinero, entonces no me interesa. Estoy a punto de marcharem cuando alguien la llama ciega chiflada. No me gusta que se trate así a alguien en tal situación, me incomoda.

Me acerco a la mujer y la ofrezco una mano.

- ¿Necesita ayuda? - digo, refiriéndome a ayudarla a levantarse.

La mujer da un pequeño respingo y levanta la cabeza hacia ti con la mirada perdida al infinito. Esta sucia y su ropa esta muy deteriorada. Huele a pescado y a agua estancada. Pero a traves de todo eso ves que sin todas esas taras, es una mujer bella, sobre todo comparandola con las viejas con las que has compartido la cama estas ultimas noches. Su rostro refleja un aho de esperanza.

-Por fin una persona que se preocupa de los demas. Yo estoy bien amable señor. Pero estan desapareciendo hinins y etas, y parece no importarle a nadie. Los penachos rojos solo defienden a la gente de calidad o a los que tienen dinero para pagar su seguridad. Pero sin ellos toda la ciudad se iria al pozo supurante. Mi padre decia que para que el arbol crezca fuerte, las raices tienen que ser sanas.- te suelta una perorata, pero parece no saber que le estas tendiendo la mano, por lo que no hace en ningun momento por usarla para levantarse.

Etas...

- Permita que la ayude... - cojo su mano y hago por levantarla.

Miro a la gente alrededor con una advertencia en los ojos, por si a alguno le parece mal que la ayude a levantarse, que tenga a bien mantener la boca cerrada.

- ¿Quiere que la acompañe a algún sitio?

La mujer se agarra de tu brazo, y cuando se pone de pie tocando la manga de tu hakama, hace un gesto con la cara y se queda tocando su ropa y tu pelo.

Entonces pone cara de preocupacion. -Joven amable, yo no necesito ayuda, pero vos si teneis que tener cuidado. Intentaran cogeros por la fuerza de las calles y no volveras jamas. Ten mucho cuidado.-

Bueno, si la cosa también va conmigo me conviene involucrarme. ¿Y si lo de la otra noche no fue una simple venganza? ¿O si, aún siéndolo, sabían que se podían permitir asesinarme impunemente porque aquí desaparece la gentuza como yo sin que nadie interceda? No me extraña, teniendo en cuenta de quien es el territorio en el que estamos.

- Me gustaría ayudar con el problema, ya que los guardias no quieren prestar sus oído; yo lo haré. Puede que no sea un señor de las armas y la lucha, pero tengo una katana y sé usarla.

Al decir lo de la katana, tuerce un poco el gesto, toquetea un poco mas pero con cuidado de no tocar la katana directamente.

-Siento que seais un bushi caido en desgracia. Eso no os libra del peligro, pero puede que os ayude a resolver el problema. Intuyo que la vida de otros muchos puede estar en peligro tambien.-

Lo cierto es que me gustan las putas, y al decir eso pienso en ellas. Pobres desamparadas a las que nadie se digna a echar una mano.

- Cuénteme lo que sepa, señora.

La ciega tira de ti para apartarte de enmedio de la calle. -No se gran cosa bushi-san. Que desaparecen solo hombres y que quien los secuestra celebra que sean "fuertes".- te dice la ciega muy segura de sus palabras.

Doble problema para mí.

- ¿De dónde desaparecen? ¿Algún sitio en concreto?

-De las cuevas sin duda bushi-san. Del distrito muy posiblemente. Pero cabe la posibilidad de que hayan desaparecido de otros distritos. Los "basureros" recorren toda la ciudad y tienen acceso a todos los distritos puesto que usted puede calcular.- te dice mientras no deja de gesticular y hacer modos y aspavientos con la cara y las manos.